Tractatus de duello
3:47 a. m.Tal vez lo más difícil del duelo sea perder al ser amado una y otra vez.
Vivir el inicio del ciclo cada semana. Cada día. En cada recuerdo.
La negación que da paso a la breve luz de la esperanza, de que tal vez en algún multiverso nos volveremos a ver... Tener encuentros oníricos. Reconciliarnos con la posibilidad de ser algún día una conjugación de tiempo futuro. No importa de qué manera.
Hasta que haces cuentas.
El detonante siempre te encuentra, y te explota como una granada. Miles de pedazos con la única realidad posible: La de esta dimensión abrumadora.
Y asalta la culpa de lo que pude haber hecho para lograr ese futuro que fue nuestro, uno por el que tal vez no hice suficiente.
¿Será qué no nos quise tanto como en este ahora?
La rabia por no lograr salir del ahogo. Por seguir sintiendo-nos. Negando el presente, sufriendo el pasado. Aplastada por la ansiedad de un futuro que no llega. Que jamás llegará... Es la desesperación por la desesperanza de la nada.
La perdida de toda posibilidad de seguir con una cicatriz que se abre constantemente como una roncha mal curada.
Eso eres. Otra cicatriz. De las grandes y feas que todos miran con curioso asco.
La aceptación de qué tal vez un día seré la reconstrucción de un individuo fragmentado por errores y aciertos. Hemos salido de peores dolores.
¿Cierto?
Tal vez, en algún punto del ciclo del duelo, podamos reconocer que lo que más lastima es la idealización del ser perdido. Incluso, es posible que sea para mí, la única manera de sobrellevar el día.
Es por ejemplo, abrir los ojos y decir su nombre como una plegaria. El santo que me acompaña.
La nostalgia de pensar en qué haríamos en un día como hoy.
Suspirar al ver unos ojos parecidos.
Escuchar que alguien mas nombra su nombre en la epifanía de la posible resurrección de su carne.
Amar el recuerdo de alguien, que no existió, "vivir" con ese sentimiento.
Y entonces una noche, de un día... eres otro pagano más que deambula entre vivos.
Me recuerdas que tu muerte no es real, pero si tú despedida y lo que yo quise que fueras.
Y empieza de nuevo el ciclo.
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