Pasar trabajo en el trabajo, no es igual a pasar trabajo por el trabajo

Soy una mujer sin salario, pero feliz con su trabajo.


Van 18 días y ya le agarré el truquito a mi jefa (No son los chocolates… es el café late vainilla lo que la hace feliz en la mañana).

También está Diego, el verdadero dueño del cachivache. Él es como los porteros; piensas que no tienen poder, cuando en realidad son quienes controlan las entradas y las salidas y de paso tienen todas las llaves. Diego me recuerda al chico del Jiujitsu (pero sin cuerpo) puro rostro, calvicie y personalidad indescifrable. Ama el Nestee y es acuariano como yo.

Luego viene Ángel, el señor que sustituye a Diego en la consola a medio día. No tuve que estudiarlo, me bastó con ser amable y preguntona… le encanta enseñarme cosas y es súper amable. Lastima que solo estoy veinte minutos con él (cuando llega temprano).

Tengo la obligación de nombrar al Profesor. Un señor muy respetable al que casi no le hablo para que no se de cuenta lo poco que sé de la vida. Pero igual invado su oficina todas las mañanas y el amablemente se lo aguanta.

Y por último está Ella… (Música imperial del tatoine asiático) La coordinadora de la mañana. Es grande, es gorda, es rubia y tiene 2 pequeños ojos verdes que estoy segura lanzan rayos láser… el Némesis que todos tenemos en la oficina. Le robé a su mejor amiga y ahora me odia. Peor que una mujer celosa por otra mujer., es un empleo donde no pagan.

Continuará… por lo menos hasta la otra semana.

Enjoy*