Gente de Moral DistraĆ­da

5:39 p. m.


Y entre todas las cosas malas que he hecho la mejor, fue haberme robado un perro.
Lo llame Lucas por un asunto de humor negro religioso, y porque mi gato se llama Mateo. Ciertamente ponerle nombre de un apóstol a un perro robado, no fue lo mejor.

Ah? ¿QuĆ© cómo es eso que me lo robĆ©?

Gente que roba tiendas, gente que roba bancos, gente que roba a viejos… y yo. La que le roba perros a viejos. Digamos que mĆ”s que un robo fue un ajuste de cuentas por todo lo que Ć©l me ha quitado en estos meses, un arreglo por su condición de “Turista Emocional” en mi vida, un acuerdo por la dignidad robada y la infidelidad circunstancial a la que he sido sometida. Robarle un perro es lo menos malo que podrĆ­a haberle hecho a una persona que me ha estado mintiendo, que me sigue tratando como veinteaƱera pendeja, y que a demĆ”s de todo ha sido existencialmente egoĆ­sta…

Y si aun despuĆ©s de toda esa justificación son capaces de juzgarme, entonces digamos que soy una persona de “Moral DistraĆ­da” que por una vez en la vida se robo algo. (Tomar una carpeta de papel abandonada en un salón para entregar un trabajo, no cuenta tampoco como robo).


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