¿Ser un camello sin remedio?

9:34 p. m.


Hace unos días terminé mi aventura como pasante. ¿Qué como me fue?....

Pudo ser peor, pero de todo y de todos se aprende algo. La mayoría de las veces no nos damos cuenta al principio, pero eso es una ventaja. Pasando trabajo en el trabajo es que de verdad se aprende, o capaz y es mi síndrome incurable de nenita masoquista, excusa que suelo usar para entender mi negativismo… o brutalidad.

El punto es que, realmente pudiera decir que voy a extrañar la oficina, el horario madrugador, el metro y su gente o la tremenda caminata diaria. Y así extender la nostalgia a los compañeros de trabajo… pero no.

Al terminar el momento “sentimental”, llega el golpe con la realidad que cruelmente me pregunta todos lo día, “¿Y ahora que vas hacer con tu vida?”.
Yo no sé si es la junta con el chico intelectual de la azotea, que me habla de “Los poetas malditos”, teorías de la vida, libros de Osho y Freddy Nietzsche, la Libertad y El Existencialismo, pero siento que estoy en la cruzada de los 21.

Es el momento de decidir ser una más que odia su trabajo, y se complace con “el pudo ser y no fue”, o… puedo llegar a los 30 y ser una persona que no tiene nada de que arrepentirse, y vislumbrar la felicidad de la vejez.
El gran dilema “Ser o no ser un camello”.

PD: El ser “Camello”, hace referencia a la tesis planteada por Freddy Nietzsche, en donde el hombre tiene tres fases: Camello- Tigre- Niño.

Enjoy*

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