De nuevo soy infeliz. Y qué bueno
porque puedo volver a escribir.
Inconforme, pesimista y ahora
despeinada. Soy la que siempre he sido… es por culpa de un sÃndrome que me
impide disfrutar de las cosas buenas de la vida porque tengo la infinita necesidad
de quejarme., por ser acuariana? Por ser venezolana? … de alma negra y corazón pequeño ? Me quejo
porque quiero y puedo, para eso son los bloggers.
Ser feliz es aburrido y además es
envidiable, y no puedo ser blanco de malas energÃas cuando yo ya soy un morral
pesimista. Admito que lo disfrute mientras duró. Flotar por las calles, sonreÃrle
a la nada, besar y ser besada… se acabó. Llegó la hora de afrontar la cruda realidad
y admitir que vivo en un paÃs problemático, de clima inestable, que tengo un
novio que no me ama, un trabajo donde me
estoy envejeciendo sin talento, que siempre pienso en mi ex, que me mato de
hambre para no engordar pero secretamente como ponquecitos… soy un cliché de
vida sin razón. Pero tenemos patria. Tenemos un perro que nos ama, y trabajo.
A nadie le gustan las
quejumbrosas, tampoco las inteligentes, ni las carismáticas, mucho menos las
que leen y argumentan con razón, que hablan fuerte y claro sin diminutivos, tampoco las mujeres de pelo corto…
fui demasiado lejos. Fui la que siempre soñé ser. Sentà que me volvÃan a querer
como siempre pensé que el karma no lo dejarÃa, eso! Pensé que el karma ya no me
joderÃa. Peque de inocente. Saben que hice? CreÃa haberme perdonado por mis
errores, y resulto que fue peor. Me corte demasiado el cabello y ahora no tengo
en donde esconderme.
De nuevo soy la que nunca dejaré
de ser.
Enjoy*