Veintinueve mantras de sanación para
una persona horrible, que siente una molestia concentrada en el centro del
estomago y que sube hasta querer gritar. Empuñar una lonchera como arma de
guerra en el metro. Discutir en las colas, quejarse del sol, maldecir a los
novios que pasean tontamente por la calle.
Persona toxica que pelea por
todo, que llora por nada. Todo mal cuando es la propia madre quien se queja de
una convivencia que se hace infinitamente trágica e inaguantable.
El hecho de admitirlo, y que
duela aceptarlo, no cambia el hecho de lo que soy.
Veintinueve mantras de sanación
para mÃ. Para lo que ahora represento, para mi nueva personalidad y esta
bendita rabia contenida, una rabia que se manifiesta en desventajas. El reflejo
de mis culpas magnificadas pasando facturas diarias. Ya no doy los buenos dÃas,
no creo en hadas ni en nada, no espero de otros para que nadie tenga que
esperar de mi. Esto es quien voy hacer siempre?
Arrogante, grosera y malhumorada,
ya no hablo con extraños y tampoco escucho música. Leo. Leo mucho para que mi
realidad pase inadvertida, seré una mala persona que sabrá mucho de la vida a
través de otros, un conocimiento celosamente guardado entre las tres nuevas
arruguitas que se me forman entre ceja y ceja.
Respiro hondo, porque apenas van
24. Y aquà ya no hay mantras que valgan.
Enjoy*