Esa extraña costumbre de pedir deseos
a planetas pensando que son estrellas, al amolador y a su fábrica de estrellas,
a las horas capicúas con su poder energético, a las hadas de mi jardÃn que se
pasean de hoja en hoja, y a la Luna llena que desde cerquita te ve. Y entre pestaña y pestaña el mismo deseo.
Coloco agüita de luna nueva en la
regadera, limpio mis caracoles con luz de vela,
y en la mano izquierda mi pulsera de soles y estrellas, amarre firme a la
nostalgia que de noche me desvela… y entre rima y rima la cautela.
Incienso de coco, bálsamo de
rosas, arroz y una vela, adornan a mi Buda
Negro… Y le pido fe, le pido sabidurÃa porque ya dejé de pedirle que volvieras,
se que donde estas eres feliz como desde siempre lo pedÃ.
Un hilo rojo
adorna mi tobillo derecho, me mantiene firme al piso y me recuerda tú última mirada…
esa, de “Ya no te amaba”. No importa que
tu estomago ya no brincará, tal vez fue por la banda gástrica o por los besos
que ya no me dabas, de igual manera el Elegua que vigila mi puerta siempre esta pendiente de
abrirte los caminos… del amor, de la fortuna y de todo lo que pidas en la vida.
Directo al
e-mail de Dios mando esta cartica. Buenas vibras y que mil ángeles te bendigan.
Enjoy*