Cuando se quiere decir mucho y no se dice nada, todo se jode. Cuando no hay nada que decir, también las cosas se complican. La pregunta es, ¿Qué hacer cuando no hay nada que decir y se tiene que contar mucho?
“Siempre le digo lo que pienso, pero nunca lo que siento”…
“Siempre le digo lo que pienso, pero nunca lo que siento”…