Mientras yo me veo pasar entre nostalgias, pienso en la desigualdad del tiempo y en el poco atino que tenemos las personas para extrañarnos, dicen que la ley de atracción compensa esos desaires.
Y ahà estaba yo, de nuevo sonreÃa tomada de su mano grande, pálida y húmeda. Caminábamos en un andar rápido, coordinado y casi desenfrenado que me hacÃa creer que por un extraño azar del destino, tu y yo al fin estábamos acompasados. ¿Asà se siente ser feliz?
Ir de la mano de quien amas recorriendo infinidades de kilómetros, es la vida que nos va pasando en un andar.
Es la última ilusión antes del desapego, otros 5 o 7 años pasarán hasta que un dÃa, quién sabe si por ley, tal vez coincidamos en nostalgias y logremos perdonar tantas desventuras.
Pensé que te perdÃa, se asomó la duda de que probablemente no fueras la misma persona. Los sentimientos intensos nos moldean, es evolución.
Ser el par de alguien, sentir ilusión, tener dos esperanzas y una historia feliz compartida será siempre nuestra mayor coincidencia.
Ahora, la peor parte de todos los miedos es ir olvidando.
¿Es evolución?
La desilusión, la desesperación, el hambre, la soledad, amar sin amor, es agotadora la evolución... ¿Ahora y por siempre será la ley de matar o morir?
Y asÃ, se nos irá otra década, extrañando a todos los apóstoles de nuestros sueños, extrañando amar de verdad.
En voz baja, casi imperceptible, tu dirás mi nombre antes de dormir, como la plegaria necesaria para tener un buen sueño, y casi pisando ese otro universo, recordarás la última vez que caminaste siendo feliz acompasado colgado de mi.
Ojalá la desigualdad del tiempo me haga olvidarte.